28.04.2012
Hemos llegado hacia mediodía. Yo calculando la hora y buscando agua desesperadamente para tomarme la pastilla de la tensión. Entre los cambios de hora y mis despistes, vamos bien...pero no me la he dejado de tomar ningún día (esto va por si lo lee mi enfermera).
Saca dinero, escóndetelo, ves al lavabo, tendría que comer algo...sempre atabalada :). Me he zampado una salchicha que vendían, tipo pinchito. Me han dicho "de pollo o de cerdo?" y yo "de cerdo, de cerdo", anda que no lo echaba ya de menos, no el cerdo en concreto, pero si una carne con más saborcito que el pollo. Estaba buena.
Me he ido a buscar un taxi, con taxímetro sobretodo, y ya hemos empezado con movimientos raros antes de salir. Resulta que no saben donde está el albergue y la dirección parece que no les es suficiente. He vuelto a la terminal, he comprado una tarjeta de acceso a internet, he conseguido más indicaciones y vuelta para abajo a buscar el taxi. El tío que me ha tocado este vez, tipo El Fari, en indio, no habla inglés, pero me asegura con la cabeza que si, que sí, que ningún problema. Ya podéis imaginar como ha acabado la historia. Él no ha encontrado el sitio, se ha liado a dar otra vuelta por la zona, y yo viendo como iba subiendo el contador le he dicho "anda, déjalo, que ya me bajo aquí, que me va a costar una burrada". Traducción a mi inglés: "stop here, please".
Al final siempre encuentras a alguien que te ayuda, y si eres chica y atractiva, pues no veas :). Que le voy a hacer! La cuestión es que he llegado al albergue, previa subida y bajada de unas escaleras altísimas para cruzar al otro lado de la carretera, y he quedado encantada. Albergue bonito. Personal encantador. Instalaciones impecables. La lastima es que veo que el tiempo aquí no ha refrescado. Diría que incluso hace un poquito más de calor.
Descanso y aprovecho para hacer cosas. Salgo a comer/cenar algo y antes de llegar a la zona de tiendas ya me he comido un pincho de carne (?), buenísima, y una piña natural , a cachitos, que me hace ser la mujer más feliz de la tierra. Que bien voy a estar en este país!
He ido a visitar un par de centros comerciales de aquí al lado. Uno es más o menos normal, como los
nuestros, pero un poco más cutre. El otro es dedicado a la belleza y salud, pero tipo tradicional. Hay como apartados, o un chiringuito en medio de la sala, y allí, o te hacen acupuntura, o masajes, o te peinan, o te depilan (había un montón de chicas esperando turno), pero allí mismo, delante de todos. Te arremangas los pantalones y ala. Debe ser que el tema ingles no lo tocan. También hay tres mujeres depilando bigotes, de chicas, con los hilos esos que los hacen ir a mil por hora. Hacen un ruido... Zzzziu zzzzziu. No se quejan, pero para mi que muy indoloro no es.
Ya en mi habitación he conocido a mis dos compañeras para esta noche. Dos chinas. Una no habla, la otra no para. Me ha encantado conocerla. Hemos hablado hasta las 2 de la mañana. He aprendido más de china en estas horas que en toda mi vida. Tela! Me ha explicado de todo, de política, como hacen para saltarse el estricto control en internet, el nivel de vida,.. Impresionante, de verdad. Un coche les cuesta lo mismo que aquí, pero ellos ganan en un año lo que nosotros ganamos en un mes. Y un montón de cosas que me han dejado parada. Habíais pensado alguna vez que en China, por ejemplo, no hay prácticamente primos ni sobrinos. Pues claro, es una tontería, pero como ellos tienen la política de "un único hijo"! Pues eso, como tu familia Manoŀo. :). Me ha explicado que ellos se vuelcan en ese hijo. Que son varios adultos los que velan por él y que se esfuerzan hasta el máximo para conseguirle una buena educación y una buena vida. Que el coste de un niño es enorme, porque incluso desde el principio la leche que se le da es leche de Nueva Zelanda, carísima para sus bolsillos. Bueno, y un montón de cosas más, pero ahora no las voy a explicar todas... y a lo mejor a la vuelta se me han olvidado. Seguramente.
Fotos de la habitación y del baño del albergue:
Hemos llegado hacia mediodía. Yo calculando la hora y buscando agua desesperadamente para tomarme la pastilla de la tensión. Entre los cambios de hora y mis despistes, vamos bien...pero no me la he dejado de tomar ningún día (esto va por si lo lee mi enfermera).
Saca dinero, escóndetelo, ves al lavabo, tendría que comer algo...sempre atabalada :). Me he zampado una salchicha que vendían, tipo pinchito. Me han dicho "de pollo o de cerdo?" y yo "de cerdo, de cerdo", anda que no lo echaba ya de menos, no el cerdo en concreto, pero si una carne con más saborcito que el pollo. Estaba buena.
Me he ido a buscar un taxi, con taxímetro sobretodo, y ya hemos empezado con movimientos raros antes de salir. Resulta que no saben donde está el albergue y la dirección parece que no les es suficiente. He vuelto a la terminal, he comprado una tarjeta de acceso a internet, he conseguido más indicaciones y vuelta para abajo a buscar el taxi. El tío que me ha tocado este vez, tipo El Fari, en indio, no habla inglés, pero me asegura con la cabeza que si, que sí, que ningún problema. Ya podéis imaginar como ha acabado la historia. Él no ha encontrado el sitio, se ha liado a dar otra vuelta por la zona, y yo viendo como iba subiendo el contador le he dicho "anda, déjalo, que ya me bajo aquí, que me va a costar una burrada". Traducción a mi inglés: "stop here, please".
Al final siempre encuentras a alguien que te ayuda, y si eres chica y atractiva, pues no veas :). Que le voy a hacer! La cuestión es que he llegado al albergue, previa subida y bajada de unas escaleras altísimas para cruzar al otro lado de la carretera, y he quedado encantada. Albergue bonito. Personal encantador. Instalaciones impecables. La lastima es que veo que el tiempo aquí no ha refrescado. Diría que incluso hace un poquito más de calor.
Descanso y aprovecho para hacer cosas. Salgo a comer/cenar algo y antes de llegar a la zona de tiendas ya me he comido un pincho de carne (?), buenísima, y una piña natural , a cachitos, que me hace ser la mujer más feliz de la tierra. Que bien voy a estar en este país!
He ido a visitar un par de centros comerciales de aquí al lado. Uno es más o menos normal, como los
nuestros, pero un poco más cutre. El otro es dedicado a la belleza y salud, pero tipo tradicional. Hay como apartados, o un chiringuito en medio de la sala, y allí, o te hacen acupuntura, o masajes, o te peinan, o te depilan (había un montón de chicas esperando turno), pero allí mismo, delante de todos. Te arremangas los pantalones y ala. Debe ser que el tema ingles no lo tocan. También hay tres mujeres depilando bigotes, de chicas, con los hilos esos que los hacen ir a mil por hora. Hacen un ruido... Zzzziu zzzzziu. No se quejan, pero para mi que muy indoloro no es.
Ya en mi habitación he conocido a mis dos compañeras para esta noche. Dos chinas. Una no habla, la otra no para. Me ha encantado conocerla. Hemos hablado hasta las 2 de la mañana. He aprendido más de china en estas horas que en toda mi vida. Tela! Me ha explicado de todo, de política, como hacen para saltarse el estricto control en internet, el nivel de vida,.. Impresionante, de verdad. Un coche les cuesta lo mismo que aquí, pero ellos ganan en un año lo que nosotros ganamos en un mes. Y un montón de cosas que me han dejado parada. Habíais pensado alguna vez que en China, por ejemplo, no hay prácticamente primos ni sobrinos. Pues claro, es una tontería, pero como ellos tienen la política de "un único hijo"! Pues eso, como tu familia Manoŀo. :). Me ha explicado que ellos se vuelcan en ese hijo. Que son varios adultos los que velan por él y que se esfuerzan hasta el máximo para conseguirle una buena educación y una buena vida. Que el coste de un niño es enorme, porque incluso desde el principio la leche que se le da es leche de Nueva Zelanda, carísima para sus bolsillos. Bueno, y un montón de cosas más, pero ahora no las voy a explicar todas... y a lo mejor a la vuelta se me han olvidado. Seguramente.
Fotos de la habitación y del baño del albergue: