Camboya

17, 18 y 19 de Mayo de 2012

El Jueves ya volvía a estar metida en una furgoneta, rumbo a Camboya. ¡Mira que les he cogido afición a estos trastos! Me habían dicho que me pasarían a recoger a las 8 y vinieron a las 9, pero bueno, así tuve tiempo para hacer y deshacer la mochila varias veces. Resulta que una de las de recepción, que yo creo que a su modo me han medio adoptado por lo que se preocupan por mi (Dios, ¡que mal me ven!), va y me pregunta a dónde iba. Yo le contesto que a Camboya y ya con la expresión veo que algo pasa. Me dice "es que alguno de los turistas del hotel que han ido allí han vuelto con malaria". ¡Hay que joderse! A mi que ya se me había pasado la paranoia de la malaria. Me explica que han estado con fiebre y que han tenido que ir al hospital. Mis neuronas "caguetas" empiezan a actuar enseguida y ya me pongo nerviosa porque voy con la mochilita pequeña, chancletas, 3 camisetas de manga corta y lo que me queda de repelente. O sea, fijo que pillo. Decido cambiarme las chancletas por las bambas de trecking, para exponer menos piel, y, claro, ahora no me quedan bien con los pantalones que llevo. Ya sabéis lo presumida que soy. Deshaz la mochila, saca los pantalones largos y guarda los otros. Ahora si. "¿Y no llevas manga larga?". Vuelta a sacar mochila del armario de equipajes y extraigo una camisa que llevo de manga larga ... y de paso la mosquitera. Me siento un rato a esperar y ya vuelve a aparecer "¿tu crees que tendrás bastante con la botellita de repelente que llevas?" "piensa que ahora es época de lluvias allí, hace mucho calor y hay muchos mosquitos". ¿A que le doy una hostia? Pues, hala, corriendo al 7eleven a comprar más repelente porque según ella el de Camboya no es de igual calidad. Que digo yo que será de más, si es allí donde está el p... mosquito. Al final entre una cosa y otra llegó la furgoneta, gracias a Dios, porque ya me veía comprando, a instancias de la muchacha, una gorra de esas que llevan la mosquitera incorporada tapando la cara. Y para que veáis que no exagero en su preocupación por mi, cuando la furgoneta vino a buscarme (es un callejón) yo estaba sentada de copiloto, y tal como íbamos reculando me la veo desde la puerta del albergue haciendo el gesto ¡¡¡PARA QUE ME PUSIERA EL CINTURÓN!!! En fin....pilarín.

Bueno, dejando a un lado mi extraña relación con el personal del albergue, el viaje al final no se me hizo tan pesado como pensaba. Me habían hablado de 12 horas, pero al final fueron unas 4 hasta la frontera, luego otras 2 o 2 y 1/2 perdidas entre una frontera y la otra, y luego otra hora a esperar que saliera un autobús local que tardaría otras 4 horas. Entre 4 compañeros decidimos coger un taxi pagando 5 dolares cada uno, y en 2 horas ya estuvimos en el hotel. Ni tan pesado ni tal mal. Y encima hablando español, porque el taxi lo compartí con un americano nacido en México y con una pareja brasileña que hablaban español.

A cada uno nos pusieron en diferente hotel, pero a la hora de cenar me trajeron al americano a cenar conmigo y luego nos fuimos a pasear al Night Market, todo muy bien si no fuera porque este yankie ¡no paró de tratarme de usted en toda la noche! Lo dicho, tengo que empezar a preocuparme.

Al volver del paseo me acompañó hasta el hotel y cuando se fue, iba ya a entrar y oigo en las mesas del bar del hotel a alguien hablando en catalán. ¡Ya está, aquí que me quedo! Mira que soy pesadita. "Perdoneu, que sou catalans?" "Mallorquins". Así de fácil. Me invitaron a café y estuvimos hora y media de charla. Nos reímos un rato. Eran una pareja y dos amigos que se habían escapado 14 días a Tailandia y Camboya, pero que ya era la cuarta vez que venían. Sobre los 60-62 años. ¡Estos si que me trataban de tu, sí!

Desayuno del viernes: un bocata de queso con lechuga, tomate, cebolla y pepino. Aquí les ha quedado la tradición de la baguette de los franceses y tienen en todos sitios. A las 8 ya tengo en la puerta del hotel al del tuk-tuk y a Andy, el mexicano-americano

Una foto con mi compañero Andy.

El del tuk-tuk nos ha llevado a recoger a Sam, el guía, un tiarrón con cara de buena persona. En teoría yo no tenía incluidos los servicios del guía pero Andy sí, así que le han preguntado si le importaba compartirlo conmigo y ha dicho que no (¡que iba a decir conmigo delante!)

El guía, pobre, bueno no tan pobre, ha estado sudando todo el día como un cerdito. Ha hecho muy bien su trabajo, mezclando datos memorizados (que se ha de tener buena memoria con esos reyes de nombres tan raros) y anécdotas o explicaciones de las costumbres y vida cotidiana. También ha tocado el tema de los asesinatos y genocidio que padeció el pueblo camboyano durante el régimen de Pol pot y los Jemeres Rojos. ¡Bestial! Se suprimió la moneda, se destruyeron ciudades, se eliminó cualquier tipo de representación cultural y cualquier persona que tuviera estudios era asesinada junto a su familia. Se habla de 3 millones de personas asesinadas. En fin... La verdad es que nos ha gustado mucho como guía.

Ha sido un día cansado, pero ha valido la pena venir. El conjunto de templos de Angkor, aún viendo solo una parte, es espectacular. Por los edificios, por el paisaje. Y aunque al Angkor Wat, el templo principal y mejor conservado, es al que le dedicas más tiempo, para mi el más espectacular es el To Phram, un templo al que la selva ya había engullido, que fue recuperado y limpiado de maleza, pero al que han tenido que dejar parte de los árboles que han crecido encima de los edificios porque de lo contrario se derrumbarían. Ver las raíces entrando por los huecos de los muros, comiéndose figuras,.... ¡Wow! Vimos varios de los templos. Por suerte, si la distancia es ya considerable te desplazas en tuk-tuk. Pensad que la dimensión del conjunto arquitectónico es de unos 200 km cuadrados (aunque las últimas investigaciones hablan de 3000).

Al terminar la visita hemos estado hablando con Andy de la cantidad de propina que le íbamos a dar y como siempre hemos ido a ciegas. Yo creo que nos hemos pasado un poquito, porque este chico va de "sobrao"... pero, bueno. Aquí es un cachondeo el tema de la moneda. Cuando llegamos el guía ya nos informó de que mejor que pagáramos en moneda local, pero que todos querrían cobrar en dolares. Efectivamente, tu vas a las tiendas, no sé si solo pasa aquí, y los precios son en dolares. Pagas en dólares y te devuelven dólares y moneda local, o sea que no te acabas enterando de nada y no acabas de tener claro si te están timando o no. Seguramente. La prueba está en que si tu compras algo que vale medio dolar y te devuelven el cambio de un dolar en moneda camboyana, cuando vas a comprar lo mismo con moneda camboyana no tienes bastante con el cambio que te han dado. ¿Cómo se explica?

Por la noche nos han llevado a cenar a otro restaurante y Andy me ha recibido en el tuk-tuk con un "luce usted muy linda". Se me debe haber quedado una cara de toonnnnnta. Este chico se cree, primero, que está en una telenovela y, segundo, que tiene la obligación de decirme algo "bonito". ¡Pero si llevo la misma camisa de ayer! (la camisa de manga larga que metí en el último momento para no coger la malaria :) ). En fin, se creerá que soy una chica fácil... pues como siga tratándome de Usted y no me regale diamantes lo lleva claro!.
Mientras estábamos cenando he visto entrar a unas "chicas". Una más joven que yo, supongo, y las otras tres mayores. ¿Qué? ¡¡¡Chicas!!! Y le he dicho a Andy: "españolas", y al momento le digo "¡catalanas!". Estaban hablando también del follón que llevaban con los cambios. Antes de marcharnos, le he pedido disculpas a mi "galán" y me he acercado a saludarlas. Eran de Barcelona. Muy simpáticas. Apenas hemos hablado un momentito pero me han recomendado un restaurante en Vietnam que por poco que pueda visitaré. Que alegría me da encontrarme gente española. ¡Y catalana aún más!. Y eso que no llevo ni mes y medio fuera.
Bueno, después de la cena yo le he dicho a Andy: "yo me voy a retirar a mis aposentos" aquello, por hablar raro como él. ¡ES BROMA!. Le he dicho que me iba al hotel porque estaba cansada y ya nos hemos despedido.
Y hoy, sábado, último día. Viaje de vuelta. Ha sido un viaje mucho menos cansado que el de ida. Hasta la frontera hemos tardado unas 2 horas. Luego lo de siempre, te sueltan en el pasillo y te dicen "cuando salgas te estaremos esperando". Pasa la frontera de Camboya. Pasa la frontera de Tailandia. Sal y ... ¿Dónde está el que me estaría esperando? En fin... Vas por allí, entre un montón de coches, furgonetas, gente, etc, intentando localizar al que te ha dicho que te esperaba... y que no te acuerdas muy bien cómo era. Bueno, al final ha aparecido y cuando ya teníamos llena la furgoneta, un hora después, es decir dos horas desde que entré en la aduana, salimos para Bangkok. Tres horas y media de viaje con un fitipaldi tailandés. Yo de copiloto, en el asiento del medio, aquel en el que no puedes poner las piernas estiradas, y a toda leche por la carretera. En la furgoneta también iban dos chicas y un chico de La Rioja, hemos hablado también en la parada que hemos hecho y me han dicho que estaban ya 3 meses haciendo submarinismo. Se les había acabado el visado y han salido del país, a Camboya, para renovarlo, con tan mala suerte que han pillado el aniversario del rey y se han tenido que quedar al final 6 días. Estos camboyanos...

Bueno, la cuestión es que a las 5 yo ya estaba de nuevo en mi guesthouse y con otra aventura para el blog. :D